Es frecuentísimo escuchar en consulta la frase “tengo la autoestima baja” o “tengo un problema de autoestima”. También atribuir a esta “lesión en la autoestima” los problemas o estados emocionales de las personas del entorno.

Así, es bastante habitual que las personas que acuden o acompañan a la consulta pongan por delante este aspecto como el esencial y primordial a tratar y mejorar.

Pero, ¿qué es la baja autoestima? Mas o menos casi todo el mundo vendría a coincidir en que es algo que tiene que ver con quererse poco a uno/a mismo/a. Bien, ¿pero qué es quererse a uno/a mismo/a? o mejor ¿por qué las personas somos capaces de no querernos a nosotras mismas? ¿cómo se llega a esa situación?

La autoestima es básicamente el resultado de la comparación entre nosotros y los demás, pero, ¿nos comparamos con todas las personas en los mismos aspectos?

No.

Para trabajar la autoestima – los psicólogos no tenemos “infladores de autoestima”- hay que pasar por un análisis profundo del autosentimiento que a su vez se compone del autoconcepto y del evaluador de la coherencia de ese autoconcepto.

Así que “de atrás hacia adelante” deberíamos analizar primero qué “nota” nos ha puesto ese evaluador interno de nuestro autoconcepto y que solo lo va a calificar en términos de congruencia entre el autoconcepto anhelado, es decir el concepto socialmente aprobado o la imagen que una persona desearía tener de sí misma, y el autoconcepto percibido, es decir las imágenes que esa persona tiene de sí misma en realidad y como es vista por los demás.

La autoestima normal o elevada se presenta cada vez que ese evaluador interno observa que hay una congruencia entre los autoconceptos deseado y percibido. O sea, que tan bien vive esa persona en relación a sus propios ideales.

La autoestima baja se asienta en la percepción de que no se vive de acuerdo a los ideales personales lo cual origina sentimientos de autodegradación, vergüenza, culpa, ansiedad o depresión.

Así las cosas, podemos empezar a ver lo complicado que es esto de “tengo la autoestima baja” y que no se resuelve con “tienes que quererte más a ti misma/o” como si eso fuese tan fácil de resolver.

El próximo mes seguiremos ahondando en este complejo mundo de la autoestima, así que para finalizar definiremos el concepto de sentimiento como una concentración de energía emocional que puede tomar la forma de un vínculo, positivo o negativo, con otra persona, un animal, un objeto o una abstracción como puede ser una idea o una creencia.

Por consiguiente, el autosentimiento implica un afecto, una concentración de energía emocional con uno/a mismo/a que, como se ha señalado, puede ser favorable o desfavorable.