La depresión es una alteración del ánimo que se acompaña de otros síntomas que van mucho más allá de una simple tristeza. Hoy en día se habla, con poco fundamento, de bipolaridad o depresión. La depresión implica una afección no solo del estado anímico, sino que compromete al sueño; a la alimentación; a la motivación; al estado físico; a la capacidad de pensar, concentrarse o tomar decisiones y al contenido del pensamiento caracterizado por ideas infravaloración y culpa.
En algunas ocasiones la irritabilidad y los ataques de ira y un sentimiento exagerado de frustración junto a molestias y dolores físicos sustituyen al desánimo, lo que provoca un gran desconcierto y un mal manejo de la situación por parte de las personas que viven, trabajan, o estudian con la persona afectada ya que de ninguna manera pueden imaginar que lo que están viendo y viviendo es una depresión.

La depresión es una alteración del ánimo que se acompaña de otros síntomas que van mucho más allá de una simple tristeza. Hoy en día se habla, con poco fundamento, de bipolaridad o depresión. La depresión implica una afección no solo del estado anímico, sino que compromete al sueño; a la alimentación; a la motivación; al estado físico; a la capacidad de pensar, concentrarse o tomar decisiones y al contenido del pensamiento caracterizado por ideas infravaloración y culpa.
En algunas ocasiones la irritabilidad y los ataques de ira y un sentimiento exagerado de frustración junto a molestias y dolores físicos sustituyen al desánimo, lo que provoca un gran desconcierto y un mal manejo de la situación por parte de las personas que viven, trabajan, o estudian con la persona afectada ya que de ninguna manera pueden imaginar que lo que están viendo y viviendo es una depresión.

Depresión
  • Depresión reactiva o Reacción depresiva: Vinculada a circunstancias desfavorables del entorno a las que la persona, por sus rasgos de carácter, no puede hacer frente con eficacia. No suelen ser graves, aunque sí requieren atención más por identificar rasgos vulnerables del carácter que aporten autoconocimiento a la persona afectada que por la gravedad del cuadro clínico.

  • Depresión mayor: Vinculada a aspectos biológicos o endógenos y en mucha menor medida a circunstancias ambientales. Su intensidad puede ir desde un episodio leve a un síndrome clínico grave con síntomas psicóticos. El tratamiento preferente es el farmacológico combinado con psicoterapia orientada al apoyo, supervisión del cumplimiento terapéutico y a la prevención de recaídas. Siendo la más grave de las depresiones tiene buen pronóstico siempre y cuando se realice un diagnóstico y tratamiento adecuados.

  • Distimia: Se trata de una alteración afectiva persistente, de carácter crónico pero tratable y con un amplio margen para la mejoría. Vendría a ser una combinación de la depresión reactiva y de la depresión mayor en cuanto a la existencia de rasgos de carácter que no permiten una buena adaptación al medio y factores biológicos o endógenos.

Todas estas afecciones afectan en mayor o menor medida a un 10% de la población general desde la edad infantil hasta la vejez. Por sus características, muchas depresiones clínicas son atribuidas a cambios en las etapas vitales bien sean de tipo evolutivo (adolescencia, juventud, adultez o vejez) o de tipo ambiental (por ejemplo, las circunstancias personales de pérdida) y en otras ocasiones se atribuyen “a la forma de ser” de la persona afectada.

Estas atribuciones, la mayoría de las veces erróneas, retrasan el diagnóstico y tratamiento de estos desórdenes emocionales lo cual complica sobremanera tanto la vida de quien los padece como de las personas que comparten su vida.

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