Acerca de mí

¿Qué me llevo a dedicarme a “esto” y seguir en “ello” treinta y seis años después? Sé que tuve experiencias de angustia infantiles en el ámbito escolar, también en la adolescencia debido a una enfermedad terrible en uno de mis progenitores, que era tímido con las chicas, que me costó encontrar mi camino profesional, que mis hijos me dieron “trabajo” y me pusieron, como a todos y a todas, enfrente de la realidad de una responsabilidad magnífica como es el educar, que mis primeros cinco años profesionales exigieron de mi una pelea continua para dar consistencia a mi dedicación y no abandonarla, y, por suerte, sé que mis pacientes me importan e intento entenderles en su sufrimiento que, en ocasiones, no anda lejos del padecido en primera persona.

Por eso, a quien lea esto le puedo garantizar todo el interés del que soy capaz en entender qué le ocurre desde su propia biografía llena de experiencias y vivencias particulares, que quizás para otros puedan ser anodinas pero que adquieren una importancia esencial cuando una persona toma la decisión de poner su confianza en tus manos buscando un alivio a su malestar, y esto debe ser correspondido con lo mejor que pueda ofrecer uno mismo, da igual que sea tu primer paciente del día o de tu vida profesional o el último de la jornada o de tu carrera profesional. Esa persona que ha venido a verte y a ofrecer su confianza es la más importante del mundo en ese momento y te debes a ella.

Esta es mi forma de trabajar buscando el objetivo de que la persona tenga un mayor conocimiento de si misma, de lo que le ocurre y cual puede ser el mejor remedio a aquello que le afecta.

En otro orden de cosas mis aficiones son leer, principalmente novela; estudiar a los autores clásicos de mi profesión; ver series de televisión muchas de ellas recomendadas por gente que viene a verme; nadar tanto en piscina como en aguas abiertas; y últimamente, supongo que ya por el efecto del tiempo que va pasando a toda velocidad, el contacto con la naturaleza.