Evaluación y diagnóstico neuropsicológico ante sospecha de daño cerebral adquirido o congénito

El término “daño cerebral adquirido” se refiere a una lesión de un cerebro que hasta el momento había tenido un funcionamiento normal. Independientemente de su causa -traumatismo craneoencefálico, accidentes cerebrovasculares isquémicos o hemorrágicos, tumores cerebrales, anoxia o hipoxia (falta de oxígeno), encefalitis etc.- el daño cerebral adquirido tiene como consecuencia la pérdida de funciones cerebrales previamente desarrolladas y que implican a:

  • La capacidad de movimiento.

  • La percepción a través de los sentidos.
  • El funcionamiento cognitivo que comprende, entre otras, a la atención, la concentración, la memoria, la capacidad de planificar y tomar decisiones, el lenguaje y, en general, la inteligencia.

  • La capacidad para regular las emociones y la conducta.

Daño cerebral infantil

En el caso del daño cerebral adquirido infantil, la discapacidad puede manifestarse años después de la lesión.

El término “daño cerebral congénito” es la causa más común de discapacidad en la infancia y se refiere a toda secuela que provenga de problemas durante la gestación y el período posteriormente inmediato a su nacimiento. A veces, esta discapacidad no es visible pues el niño o la niña puede parecer que tiene un desarrollo normal, pero a medida que crecen pueden aparecer los mismos problemas que se han señalado para el “daño cerebral adquirido”.

La evaluación neuropsicológica pretende definir el estado cognitivo de un paciente determinado, destacando y diferenciando las capacidades neuropsicológicas preservadas y afectadas con el fin de analizar su impacto en cuanto a patología, déficit, discapacidad y minusvalía.

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