En este caso la evaluación se centra en el déficit cognitivo en el área de memoria, detectado generalmente por personas cercanas a la persona, tanto para registrar, almacenar y recuperar información nueva como por la pérdida de contenidos previamente bien asentados en la memoria de la persona afectada como pudieran ser las relaciones familiares o la capacidad para hacer cosas cotidianas.
Esta alteración además está provocando una interferencia en el funcionamiento habitual de la persona.
La importancia de este diagnóstico reside en que no todos estos deterioros cognitivos son irreversibles ni indicativos de demencia ya que no son pocas las ocasiones en las que están causados por síndromes confusionales agudos o por trastornos ansiosos o depresivos que expresan síntomas de demencia sin que realmente lo sea. Se trata de la llamada pseudodemencia (falsa demencia).
En este caso la evaluación se centra en el déficit cognitivo en el área de memoria, detectado generalmente por personas cercanas a la persona, tanto para registrar, almacenar y recuperar información nueva como por la pérdida de contenidos previamente bien asentados en la memoria de la persona afectada como pudieran ser las relaciones familiares o la capacidad para hacer cosas cotidianas.
Esta alteración además está provocando una interferencia en el funcionamiento habitual de la persona.
La importancia de este diagnóstico reside en que no todos estos deterioros cognitivos son irreversibles ni indicativos de demencia ya que no son pocas las ocasiones en las que están causados por síndromes confusionales agudos o por trastornos ansiosos o depresivos que expresan síntomas de demencia sin que realmente lo sea. Se trata de la llamada pseudodemencia (falsa demencia).
Tanto los síndromes confusionales como la depresión y la ansiedad son perfectamente tratables y una vez remitidos el deterioro cognitivo desaparece.
Otra causa relativamente frecuente de un funcionamiento mental empobrecido es la toma cotidiana de algunos fármacos aparentemente seguros pero que en determinadas personas pueden tener este efecto de menoscabar el rendimiento de las capacidades de atención, concentración, memoria, lenguaje o planificación y ejecución de tareas del día a día.
De nuevo, el proceso diagnóstico de qué es lo que le pasa realmente al paciente es crucial no solo para finiquitar su sufrimiento sino en muchísimas ocasiones para reestablecer el equilibrio en el sistema familiar que suele resentirse intensamente en estas situaciones.
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